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Relatos de la temporada 2013-2014 en China.

Tales about the 2013-2014 season in China.

Cartas desde Xiamen 1 Tras un tiempo en china.

  Dice la leyenda que el hombre escribía cada noche y que cada mañana quemaba las cartas con una oración. ‘’Viento haz que mi voz llegue a donde las letras no pueden llegar, haz que aquellos que piensan en mi disfruten de mi felicidad tanto como yo lo hago. Viento ayúdame a llegar al fin del mundo.’’

  Y así dice la leyenda que los seres amados sentían las palabras de aquel viajero, palabras que llegaron antes y palabras que llegaron después. Cartas que el viento, fiel mensajero siguió haciendo llegar durante largo tiempo. 

  Así son las cartas, no siempre llegan a tiempo y así es que las cartas desde Xiamen llegan con un año de retraso. 

 22 de noviembre de 2013. 

  A todo aquel que me lea y a todo aquel que escuche el susurro del viento. 

  Xiamen ha resultado ser un golpe menos duro de lo que pensaba tras pasar por Hong-Kong. Sin embargo los primeros meses estudiando el idioma nativo del gigante asiático han sido una experiencia indescriptible. 

  Me entra la risa pensando en el primer día, cuando en una miniban junto con un filipino, un canadiense, una alemana y otra chica de Europa del este veía como la ciudad quedaba atrás dando paso a la zona rural , en lo que se suponía era el camino a la universidad donde viviríamos y estudiaríamos un año entero. Engañados completamente resulto que no íbamos a estudiar en el campus universitario de la famosa y prestigiosa universidad de Xiamen situado en el centro de la isla y la ciudad, sino en el nuevo campus. 

  Una risita nerviosa fue la respuesta al comentario de una de las chicas ‘’No nos estarán secuestrando no?’’

  Los siguientes tres meses han sido curiosos, estudiando muchísimo, conociendo personas de alrededor de todo el mundo, saliendo mucho de fiesta y disfrutando de lo que china ofrece. Eso si, con las vacas pastando al otro lado de la reja, pocos metros de mi ventana.

  Graciosos recuerdos de mis primeros días en China. Casi tres meses fuera de casa, mi salto mas grande (y único fuera de Europa) y mas largo en tiempo también. Las diferencias culturales son tremendas, comida (la comida española se parece mas a la china que la de los restaurantes ‘’chinos» de España), los horarios (cenar a las 6 de la tarde?), las distancias (tengo que coger un autobús de una hora para ir al baño?), el baño (retrete, para que? Si se pueden hacer agujeros en el suelo.), el idioma (creéis que aprender caracteres es complicado? Pues pensad que entre preguntar como ir al lavabo y decir que somos monos con pelo en los sobacos se dice… Igual… Risas aseguradas con el chino y sus tonos). Pero bueno, a pesar de todo, a día de hoy sigo vivo y coleando tanto así que me he acercado un día a ver los TULOUS.

  Suena a francés pero no, los tulous son chinos y muy a pesar de la inteligencia americana de la época de  la guerra fría, no son silos de misiles sino edificios que datan de los siglos 15 o 16. Se trata de enormes estructuras de adobe, en su mayoría circulares con altos y gruesos muros capaces de albergar comunidades de varios cientos de personas. Creados como estructuras defensivas ahora son atractivo turístico y patrimonio de la humanidad y aunque quedan varios habitados e incluso uno habilitado como hotel la mayoría son atracciones turísticas.

  No me pondré a hablar de los Hakka (la minoría que tras migrar a la provincia tuvo que ocupar las montañas y construyeron los tulous como vivienda y estructura defensiva contra bandidos y otro peligros) ni de las principales aldeas donde encontrar estas estructuras, para ello tenéis muchísima información en internet y guías. 

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